jueves, 27 de junio de 2013

Remember: Gavril Balint, el oportunista elegante

Primera entrada bajo la etiqueta Remember, para abrir boca repasamos la carrera de un ariete de pura raza, campeón de todo con el Steaua de Bucarest, en España se le conoce por ser el hombre-gol del último Burgos de primera división, Gavril Pelé Balint.

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A poco más de 50 Km. de Bistrita, en una localidad famosa por su balneario llamada Sangeorz-Bai nació en los primeros días de 1963 Gavril Balint, un delantero de la vieja escuela del este, un hombre aventurero amante de las motos y la buena música, como indica el hecho de que en su página web suenen Moby, Robert Plant o los enormes Linyrd Skynyrd.

Gabi fue captado en 1978 por el recién fundado Luceafarul Bucaresti, club concebido como parte del engranaje del régimen para utilizar el deporte como propaganda, su labor era la búsqueda y formación de jóvenes talentos que pudieran representar al país en eventos internacionales junior.


La temporada 80-81 recala en el Steaua de Bucarest, donde alcanza la madurez futbolística convirtiéndose en un delantero fuerte con un gran juego aéreo capaz de definir con ambas piernas y moverse por todo el frente de ataque, Balint formó parte de la gran generación de los ochenta que logró 5 ligas consecutivas (1984 a 1989) y 4 copas (1985, 1987, 1988 y 1989) a nivel nacional.


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Pero el status de leyenda del equipo rumano llegó con la Copa de Europa ganada en la tanda de penaltis al Barcelona en 1986, que aupó al portero Duckadan a los altares del fútbol y culminó una espectacular trayectoria de una generación irrepetible con hombres como Miodrag Belodebici o Mario Lacatus en sus filas.

Balint resultó clave para el título del equipo de la armada, además del penalti que transformó en la final, también marcó en la remontada de dieciseisavos ante el Vejle BK danés y en la semifinal ante el Anderlecht, anotó el gol que remontaba el 1-0 de Bruselas en la ida, en ambos casos en casa, donde aquel equipo cimentó su exito europeo.

En Febrero de 1987 ganan al temible Dinamo de Kiev la Supercopa de Europa, con un solitario de un tal Gheorge Hagi, subcampeón de liga con el FC Sportul Studentesc en 1986, llegó al Steaua cedido en teoría para disputar este choque exclusivamente, la influencia de Ceaucescu hizo que el maradona de los cárpatos jugara hasta 1990 en el equipo capitalino.

Con la explosión de Gica Hagi el equipo volvió a alcanzar la final de la Copa de Europa de 1989, de nuevo la actuación de Gavril fue notable anotando en octavos ante el Spartak, cuartos ante el Goteborg y semis ante el Galatasaray, siempre con Hagi como socio. En la final se toparon con el mejor Milan de Arrigo Sacchi que les destrozó 4-0, Pele Balint salió en el descanso sin destacar especialmente.


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La temporada 1989-90 llegó el fin de la hegemonía del Steaua en Rumanía, el Dinamo Bucarest le ganó el torneo por 1 punto, con gente como Stelea, Raducanu o un jovencísimo Raducioiu entre sus filas, en Europa llegaron a segunda ronda tras eliminar al Fram Reijkiavik (con 1 gol de Gavril en la ida) donde el PSV de Gerets, Lerby, Poulsen y Romario les destrozó en Eindhoven por 5-1 con 3 goles del crack brasileño.

Pese al discreto año del Steaua, Balint sobresalió como máximo ariete de la liga con 19 tantos, lo que le valió la convocatoria para disputar el mundial de Italia 90, una de las grandes citas de su carrera, Victor Piturca lo convocó sabedor de su olfato de gol pero de inicio lo dejó en el banquillo, confiando más en la dupla Lacatus-Raducioiu.

Rumania comenzó ganando 2-0 a una U.R.S.S. en plena descomposición, Gabi jugó tan sólo los últimos minutos del choque, 5 días después en el San Nicola de Bari los tricolores cayeron ante Camerún con doblete de Roger Milla, Balint jugó casi media hora marcando el gol del honor de los suyos a poco del final, la primera fase finalizó para los rumanos con un mítico duelo ante la Argentina de Maradona nada menos que en San Paolo, Balint inició como titular marcando el gol que valió el empate a Rumania y la segunda plaza del grupo por delante de los albicelestes, que a la postre serían finalistas.


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En el Luigi Ferrari de Genova se enfrentaron a Irlanda en octavos, Balint se ganó ante Argentina la oportunidad de ser titular y jugó los 120 minutos incluida prorroga ante un equipo irlandés mítico con Aldridge, Staunton, O´Leary, Quin o Cascarino, fueron 2 horas sin gol alguno que desembocaron en una dramática tanda de penaltis solventada por 5-4 a favor de los irlandeses gracias a la parada de Pat Bonner a Timofte, pena máxima trasladada al cine por Stephen Frears en la genial The Van.

Aquella fue una gran oportunidad perdida por una generación que demostró en USA 4 años después, y con Balint ya retirado, que tenía mucho potencial. El mundial fue un gran escaparate para los rumanos, Hagui llegó al Madrid, Raducioiu al Bari, Lacatus a la Fiorentina y Gavril Balint al Real Burgos.


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El Burgos acababa de ascender como campeón de segunda y reforzó el equipo con gente como Elduayen del Atlético de Madrid, Ayúcar del Castellón, Joseba Agirre del Athletic o un imberbe Jose Rojo Pacheta. Bajo la batuta de José Manuel Díaz Novoa, los burgaleses realizaron una espectacular temporada finalizando a 5 puntos de puestos UEFA (el Oviedo ocupó esa plaza), en 11ª plaza.

Balint se hizo rapidamente con un puesto en la delantera, jugó 37 partidos y marcó 10 goles en su primer año en España, causando un gran impacto en la ciudad de Burgos, donde aún se recuerda el gran final de temporada del rumano que les acercó al sueño europeo.

En verano de 1991, se incorporan Loren del Athletic y Limperger del Ferencvaros para aumentar la calidad del plantel, el Burgos se volvería intratable en casa logrando una muy meritoria 9ª plaza a tan sólo 4 puntos de ir a Europa, un equipo práctico y físico en el que Balint consiguió 12 de los 40 goles de su equipo, en su mejor año en El Plantío.

La siguiente temporada, llegó Theo Vonk desde Twente para sustituir a Díaz Novoa, que se marchó a entrenar al Espanyol. Causaron baja jugadores importantes como Tocornal, Ayúcar, Barbaric o Juric y tal vez no se fichó como se debía pese a incorporaciones como un ya veterano Tendillo o Javier Olaizola.


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Balint vivió su particular infierno con las lesiones, que le limitaron a 17 apariciones con la elástica rojilla y una pobre cifra de 6 goles, 3 de ellos de penalti. En paralelo el equipo se hundía jornada tras jornada, hasta descender como último clasificado con 22 puntos y una pobre cifra de 4 victorias, por cierto en 3 de esas victorias (Real Sociedad, Sporting y Logroñes) Gavril Pele Balint perforó la portería rival.

Aquel verano con 30 años Balint colgaría las botas para iniciar carrera como entrenador en diferentes equipos rumanos y del extranjero, se terminaba así la carrera de un currante del área con un gran olfato de gol, una estrella en su país como parte de una gran generación de futbolistas y el nueve del último Real Burgos que compitió en la élite.


1 comentario:

  1. Buen artículo.
    Balint sigue siendo un icono del Real Burgos, equipo histórico que ha vuelto a competir (nunca desapareció). Juega en Regional de Castilla y León.
    Una corrección, no se trata de la elástica rojilla (que se corresponde a Osasuna o Mirandés), sino rojipardilla o franjipardilla.
    Gracias

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